El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que cumple actualmente cuatro años de vigencia y se encuentra a dos años de volver a analizarse, ha ayudado al país a mantener su posición como uno de los principales socios comerciales de los Estados Unidos, trayendo beneficios en exportaciones e importaciones. Aunque el T-MEC entró en vigor de manera formal el 1 de julio de 2020, en sustitución del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que comenzó en 1994, puede decirse que en realidad está cumpliendo 30 años, ya que mantiene muchas similitudes con su antecesor, conservando los beneficios con ciertos elementos adicionales de revisión y politización.
El T-MEC propone un flujo libre de productos comerciables entre los países, similar al tratado anterior, con la diferencia de que ahora se realizan revisiones cada seis años. La próxima revisión será en 2026, con negociaciones en 2025. Este tratado ha favorecido a la frontera, especialmente a Ciudad Juárez, con un acceso directo al mercado de los productos nacionales en Estados Unidos y Canadá, desarrollando la competitividad de las empresas en Ciudad Juárez.
En la revisión de 2026 deberán incorporarse temas como la inteligencia artificial y el comercio digital. Es crucial que Ciudad Juárez y México en general aprovechen estas condiciones para impulsar una política industrial activa, atrayendo y creando empresas nacionales y apoyando también a las pequeñas y medianas empresas en ubicadas en zonas fronterizas.
Actualmente, el T-MEC está vigente hasta 2036. En la revisión programada para julio de 2026, los países podrán decidir si prolongan la duración del tratado por seis años más, extendiéndolo hasta 2042. El tratado ha generado resultados positivos en inversión en muchos sectores económicos especialmente en zonas fronterizas y en todo México.
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